“No recibimos fórmulas lácteas desde octubre. A nosotros nos dota el Ministerio de Salud”, fue la respuesta de Mayra Oviedo, directora del Hospital J. M. de los Ríos ante la denuncia de que la semana pasada 30 pacientes se acostaron sin cenar por falta de alimento, publica El Nacional.
Explicó que hace meses paliaban la situación comprando directamente en supermercados y farmacias. “Pero llegó un momento en el que se hizo humillante. Hicimos todos los pasos correspondientes ante el Ministerio de Salud y ante el Ministerio de Alimentación para que nos vendieran al mayor las fórmulas lácteas. Expusimos la situación ante la Dirección de Salud del Distrito Capital y acordamos con los padres que ellos conseguirían la leche”.
Aseguró que las fórmulas de inicio y continuación las están garantizando los padres de los niños, aunque algunos aseguraron a El Nacional que no tienen recursos para comprarlas o que no consiguen dónde adquirirlas.
“Hemos comprado en Locatel, en Farmatodo, en los Bicentenario, pero no nos venden grandes cantidades, apenas dos por persona y ahora piden la partida de nacimiento”, dijo Oviedo. En el J. M. de los Ríos se consumen como mínimo 96 latas de inicio mensualmente.
La directora reconoció la situación precaria de la Sala de Fórmulas Lácteas e indicó que hay un proyecto de remodelación que se iniciará “pronto”, en coordinación con la Gobernación del Distrito Capital.
“La alimentación es una responsabilidad compartida. Mientras los niños estén hospitalizados son responsabilidad de la institución y del gobierno, pero también los padres deben apoyar con la adquisición de las leches”.
Gremio en alerta. Huníades Urbina, presidente de la Sociedad de Pediatría de Venezuela y ex jefe de la Emergencia del hospital, aseguró que los médicos están alarmados por la denuncia de que a los lactantes en el J. M. de los Ríos –que representan 60% de los pacientes que atiende el hospital– no se les garantice la fórmula.
Agregó que el área donde se prepara el alimento tiene graves carencias: falta el aire acondicionado, ausencia de máquinas para esterilizar teteros y utensilios, y que tampoco cuentan con una licuadora.
Desde el organismo que representa, Urbina exhortó a la ministra de Salud, Luisana Melo, a acudir a la institución y tomar acciones. Recordó que, tras su uso, las bolsas para pasar la fórmula a través de una sonda al paciente deben ser descartadas, pero actualmente se reciclan por la escasez.
Una alimentación deficiente influye en el desarrollo de otras patologías y puede favorecer la aparición de infecciones asociadas a la atención de la salud. “Eso trae como consecuencia que el niño pase más tiempo en el hospital”, dijo.
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