¡Hasta cuándo! El fin de la FAN por Pablo Aure

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Foto: Referencial
Siempre he pensado que dentro del estamento militar deben existir reservas morales que en cualquier momento pudieran reaccionar en acatamiento a los postulados de la carta magna, esto es, se inclinarán a colaborar en el restablecimiento de la efectiva vigencia de la Constitución que desde hace rato ha sido mancillada, violada y descosida por quienes usurpan el poder.
Todos aquí en Venezuela y fuera de nuestras fronteras sabemos que no existe estado de Derecho, que nuestro país está regido por una tiranía que como cualquier tiranía no respeta los más elementales DDHH. Resulta inoficioso en este aciago momento de nuestra historia perder el tiempo debatiendo sobre procesos electorales. Para qué distraernos en hablar de aquellos candidatos que supuestamente representan una opción distinta a la de Maduro. Nada de lo que cohoneste ese fraude montado por una asamblea nacional constituyente espuria puede ser considerado como algo serio o diferente al régimen, que no solamente oprime al venezolano sino que lo obliga a emigrar a millones de ciudadanos en búsqueda de mejores oportunidades.
Chavistas hasta que demuestren lo contrario
El régimen carece de popularidad pero se mantiene utilizando mecanismos antidemocráticos avalados por el alto mando militar que en definitiva es el que le sirve de pilar o de sostén a esta tiranía. Desgraciadamente, utilizan las armas del pueblo para paradójicamente someter al mismo pueblo en lugar de utilizarlas para resguardar nuestra soberanía.
No me digan lo contrario. Venezuela es soberana en el papel, pero en la práctica es absolutamente dependiente de decisiones foráneas, comenzando por las directrices de la vetusta y muy sanguinaria dictadura cubana. Pero es que y aunque con dolor tengamos que reconocerlo, Venezuela no es soberana no solamente en lo político, sino que tampoco lo es en lo alimentario, no producimos nada y por eso el pueblo muere de hambre. Pareciera que es una política perfectamente diseñada para el mal, para hacer depender cada día a la gente de las dadivas gubernamentales, que nadie se alimente si el régimen no da su consentimiento. Pues bien amigos, esa política destructora y desmoralizadora del régimen es avalada por quienes deben garantizar la independencia y la soberanía de la Nación.
La FAN está a merced de un proyecto político lo cual también contradice el espíritu de su existencia ya que deben ser profesionales y sin militancia política. Vaya transfiguración de lo que hoy Venezuela tiene como Fuerza Armada Nacional. Como les dije, sigo pensando que dentro de ellas deben existir reservas morales que cumplan con su misión, pero se mantienen ocultos bajo la sombra de sus temores. Siendo esto así, entonces esas reservas dejaron de ser morales para formar parte del staff de los timoratos lo cual es un comportamiento indigno de un ciudadano que ha escogido la institución castrense para defender a Venezuela. Un militar cobarde no es un militar, y en todo caso y a las alturas de los acontecimientos, son chavistas hasta que demuestren lo contrario.
Desintegración castrense.-
Nos informan que se cuentan por miles los oficiales que solicitan la baja o desertan de la FAN. No quieren seguir formando parte de una institución sostenedora del mal y forjadora de esclavos y no de libertadores como antes solía ser el eslogan del ejército venezolano que resistió duras batallas contra la guerrilla que por infortunio y traición hoy se ha apoderado de los cuadros de mando.
Esa guerrilla que otrora enlutó miles de hogares venezolanos, que asesinó a sus compañeros de armas, hoy es la que domina al alto mando militar, que para desgracia  se enorgullece de defender el legado de un hombre que engañó y estafó las esperanzas del venezolano. Ese legado que ellos dicen defender está representado por Nicolás Maduro sucesor directo de esa macabra herencia.
No sé si dentro de los cuarteles habrá propósito de enmienda y de comenzar a pensar en sus familiares. Tampoco sé, si ellos no sienten remordimiento al verle la cara a sus hijos que no tendrán futuro en el país, si es que acaso a esos militares les resbala que no puedan usar el uniforme en las calles porque son objeto del desprecio ciudadano, o no sienten ni una pizca de desasosiego cuando sus familiares los increpan diciéndole que ya basta de estar defendiendo una tiranía. Ellos lo saben. Sus hijos deben ser víctimas por su complicidad con un régimen que ha destruido a Venezuela. Muy probable que en las escuelas los excluyan y en los círculos sociales esquiven reunirse con familiares de militares que son coparticipes de la devastación del país. Desde luego, sabemos que ellos se desenvuelven en dentro de un círculo de enchufados en el que algunos son “simpatizantes” del oficialismo y otros que hacen grandes negocios aunque están mimetizados con la oposición. Esa “oposición” que cohabita y se enriquece del dinero mal habido no son otra cosa que el estiércol de una sociedad que tenemos que depurar a fuerza de principios y valores, lo cual solo es posible a través de la educación.    
Si eso que pienso todavía existe, o sea, la reserva moral en la FAN, no llegare a reaccionar, que se entienda bien; no para dar un golpe de estado, sino para defender la institucionalidad y respetar los derechos del venezolano, pues entonces, junto a sus jefes más temprano que tarde ocuparán un lugar de relevancia en el basurero de la historia negra que hoy se escribe en Venezuela. Si señores, de esa historia signada por “la peste roja” de la vergüenza que “subyuga” nuestra nación.
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