Conservadores y laboristas colaboran para evitar un “Brexit duro”

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Foto:El País

 

Hay una sensación general en Reino Unido de que el desastre está a la vuelta de la esquina y de que no existe ensayo posible que prepare al país para hacerle frente. El Gobierno de Theresa May había preparado la coreografía para este lunes a primera hora de un hipotético atasco de camiones en la entrada del puerto de Dover, principal vía de acceso y salida de mercancías al continente. Se esperaba ver desfilar penosamente hasta 150 vehículos pesados. Una imagen eficaz de los males que amenazan al país si el próximo 29 de marzo se alcanza la fecha del Brexit sin que haya sido posible aprobar un acuerdo suave de salida con la UE.

Al final solo acudieron a la cita 89 vehículos, concentrados en el aeropuerto de Manston, inactivo desde hace cuatro años, a las ocho de la mañana hora inglesa. Lenta pero fluidamente desfilaron hasta el puerto de Dover, en un ejercicio considerado por la industria inútil, irrelevante y poco práctico. “Lo más caro para nosotros no es conducir. Es permanecer parados en Manston durante varios días sin hacer nada. Vamos a necesitar muchos más camiones para repartir el mismo número de mercancías. Dover se encuentra ya en un nivel de saturación. Y con más controles aduaneros, esto no hará sino empeorar”, se quejaba al diario The Times Simon Wilkinson, director de la compañía de transportes Harrier Express.

Miedo al caos

El miedo al caos que puede provocar un Brexit a las bravas es el único factor que une a políticos conservadores y laboristas. Y la última esperanza de dar con una solución ha surgido por una iniciativa conjunta de líderes parlamentarios de ambas formaciones. La diputada laborista Yvette Cooper ha logrado el respaldo de su formación y de un relevante número de tories en el Parlamento a su enmienda. Es un texto simple pero de indudable carga política.

De ser aprobado, se incorporaría a la cláusula de los Presupuestos Generales que permite al Gobierno retener el poder de recaudar impuestos en el caso de que llegue la fecha del Brexit sin haber alcanzado un acuerdo con la UE. Y le pondría un límite muy preciso. Sólo se podrían recaudar impuestos en tres situaciones concretas: en el caso de que haya acuerdo, de que se solicite una extensión del artículo 50 que activó la salida de la Unión Europea o de que el propio Parlamento apruebe la posibilidad de abandonar a las bravas las instituciones comunitarias.

 

Información completa aquí vía El País 

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