El Fenómeno Emocional de las Redes Sociales: Por Joanncy Flores

Opinión
Imagen: concepto.de

Para nadie es un secreto que nuestra vida social se divide en un antes y un después, con la aparición en internet de las redes sociales. Un fenómeno a nivel mundial que ha transformado radicalmente la manera en la cual nos relacionamos ahora con seres humanos en todo el mundo. Así es: todo el mundo. Porque en las plataformas tecnológicas no hay fronteras.

Nuestra vida se reduce actualmente a los espacios virtuales en muchos ámbitos. En lo laboral, los esquemas de contratación, entrenamiento y captación de clientes, así como de contactos profesionales se acelera de una manera vertiginosa y su amplitud escapa a la vista. En segundos podemos cerrar un trato con un empresario que está al otro lado del mundo. Por lo que el contacto físico es cada día más improbable. ¿Ventajas? Ahorro de tiempo y dinero. ¿Contras? Pérdida del contacto humano y la incapacidad de estrechar lazos amistosos reales. Los negocios son importantes. Pero la vida conlleva aspectos relevantes, aparte del dinero.

La familia: Por razones ajenas a nuestra voluntad, muchas veces nos alejamos de nuestros seres queridos. Nuestros parientes se mudan de país, de ciudad. En fin, los cambios son parte de la vida. Y en otros casos más extremos, vivimos en la misma ciudad, urbanización, calle, incluso en la misma casa, y sin embargo estamos cada vez más lejos. ¿Motivo? la conexión casi permanente a redes sociales desde el teléfono móvil. Nos perdemos de los mejores momentos; las comidas en casa, las conversaciones (en vivo y directo), las actividades cotidianas, hasta las más sencillas y efímeras. Por esto y mucho más es que he titulado este artículo como fenómeno emocional.

¡Sí! Porque nos emocionamos cuando vemos las fotos de un amigo vacacionando en Europa, pero no saludamos al vecino de enfrente. Nuestras relaciones son más virtuales que nunca y nuestros afectos tienen una foto de perfil ultraeditada con cuanto programa de edición de fotos hay en la tienda de aplicaciones en línea.

La red es maravillosa. Nos educa, hasta aprendemos a cortarnos el cabello sin ayuda de un profesional y salimos ilesos. No obstante, el tiempo que nos mantenemos conectados con el mundo y desconectados de nuestro entorno afectivo, y lo que es aún peor, desconectados de nosotros mismos, es un latente peligro para nuestra estabilidad emocional.

Vamos a compartir, a disfrutar, a entretenernos, a trabajar en las redes sociales, pero en la justa medida. Siempre es un buen momento para recrearnos en nuestra propia belleza interior y nuestra humanidad.

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