Dolores musculares y articulares son consecuencia del estrés y otras alteraciones emocionales

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A menudo, el médico insiste, de forma pertinaz, en tratar un dolor muscular o articular con analgésicos y antiinflamatorios, y el fisioterapeuta una contractura con masaje, estiramientos, corrientes, ultrasonidos, y frecuentemente sólo consigue mejorías incompletas y temporales; y es que, posiblemente, esté tratando el reflejo de un órgano o una víscera en disfunción. No pienso que el tratamiento físico sea innecesario, pero sin duda ganaría en eficacia si contempláramos el tratamiento visceral.

Como he explicado en capítulos anteriores, el estrés y las alteraciones emocionales repercuten negativamente sobre nuestros órganos y vísceras y estos también pueden hacerlo sobre nuestros músculos, articulaciones y especialmente sobre las vértebras. Cada tipo de emoción concreta influirá en un órgano concreto y este sobre unos músculos y vértebras específicas.

A lo largo del capítulo especificaré que tipo de emoción altera cada órgano y víscera, y a su vez estos en que zona de nuestro cuerpo repercutirán en la formación de contracturas, inflamaciones, rigidez…

A continuación expondré algunas normas que rigen la relación entre las emociones, los órganos y los músculos y articulaciones:

1 – La medicina natural obtiene sus mejores resultados en aquellas disfunciones en que el organismo conserva intacta toda su capacidad de homeostasis, de auto-equilibrarse; en este sentido el tratamiento de medicina natural únicamente trata de potenciar los mecanismos autocurativos.

2 – La medicina convencional trata mejor las patologías más avanzadas y urgentes, donde el organismo ha perdido buena parte de su capacidad de autocuración y, sobre todo, mediante la cirugía en aquellas patologías que sin su intervención, acabarían en una incapacidad importante o incluso en la muerte. Sobre todo en el terreno músculo-esquelético, es donde encontramos mayor cantidad de disfunciones y también donde más difusa es la línea que separa las disfunciones y la patología, ya que, por ejemplo una hernia discal (salvo las puramente traumáticas) no es más que el resultado de una contractura muscular mantenida en el tiempo, cuyos síntomas son frecuentemente silenciados con medicamentos.

3 – Cuanto más grave es un problema orgánico más infrecuente es que se somatice al sistema músculo-esquelético; por ejemplo, un cáncer en el estómago no va a somatizarse en la zona dorsal izquierda, pero sí lo podrá hacer una simple acidez mantenida en el tiempo.

4 – En Naturopatía hay una máxima que dice: “dolor reprimido, dolor diferido”. Por ejemplo, una persona con acidez de estómago, muy frecuente por estrés y por mala alimentación, si insistentemente toma medicamentos para reprimir el síntoma (y cuanto más eficaz, peor) con mucha probabilidad conseguirá que aparezca un dolor en el omoplato izquierdo o zona cervical baja izquierda y que ese estrés acabe afectando a otros órganos como el sistema nervioso, el intestino delgado y finalmente el riñón. Si se tapa la expresión de un desequilibrio, este buscará expresarse en otro sitio.

5 – Alteraciones o situaciones emocionales similares pueden producir efectos muy diferentes ya que dos personas nunca son iguales, ni tampoco sus circunstancias;por eso, lo que a una persona le produce duodenitis a otra le provoca cefaleas y a un tercero, aparentemente, nada.

6 – Que el paciente no sea consciente de una situación emocional anormal no quiere decir que esta no exista, de hecho, muchas veces, el paciente cae en la cuenta de que estaba estresado o emocionalmente alterado, meses o años más tarde, con la perspectiva del tiempo.

7 – Un órgano en disfunción, como se verá a continuación, puede deparar diversos signos y síntomas y zonas reflejas dolorosas, pero raramente todas a la vez.

8 – La emoción influye en la víscera y la víscera influye en las emociones que sentimos. Si una persona se encuentra en una situación de enfado y crispación continuada, por ejemplo, porque se está divorciando, su hígado se desequilibrará en poco tiempo y esto favorecerá que esta persona tenga cada vez más reacciones coléricas, instaurándose así un círculo vicioso. Frecuente- mente los pacientes refieren sentirse más sosegados, menos crispados, más pacientes cuando cuidan su hígado con plantas medicinales y una buena alimentación. Además, la víscera influye en la vértebra y la vértebra influye también en la víscera. Igualmente, hay que reconocer que si el órgano alterado facilita que una vértebra concreta se bloquee, desbloquear una vértebra mediante una manipulación contribuye a veces de forma fundamental a que un órgano en disfunción se equilibre.

9 – Para cada uno de los cinco elementos de la medicina oriental hay un órgano y una víscera asociada (macizo-hueco, Yin-Yang) y, aunque con matices diferentes, ambos tienen una emoción común que les caracteriza y una emoción que les desequilibra. Y cuando uno de los dos órganos está afectado tarde o temprano el otro también lo estará y, finalmente, también habrá disfunciones en los órganos secundarios.

Es evidente que nuestro organismo puede enfermar por diferentes causas, microtraumatismos, accidentes, quimiotóxicos… pero en este video quiero remarcar los factores emocionales que también nos hacen enfermar.

 

Con información de:www.fisioterapia-online.com

Foto:fisiolution.com

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