Los republicanos invitan a su convención a la pareja de Misuri que apuntó con armas a manifestantes

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La última vez que los americanos los vieron estaban delante de su casa, un palacete estilo renacentista, apuntando sin mucha maña con un rifle y una pistola a un grupo de manifestantes de Black Lives Matter ensu urbanización de San Luis (Misuri).

 

Ridiculizados por los progresistas en la última versión de Ken y Karen , como se conoce a los blancos que exhiben actitudes racistas, el universo conservador elevó a Mark y Patricia McCloskey a la categoría de héroes, ciudadanos de bien aterrorizados por las protestas raciales. El Partido Republicano les invitó anteanoche en prime time a la primera jornada de su convención nacional para ilustrar los peligros que acechan a los idílicos suburbs si Joe Biden gana las elecciones.

 

Los republicanos incitan al miedo y hacen un relato distópico de la gestión de la pandemia y los logros de Trump

 

“Lo que nos pasó a nosotros os puede pasar a cualquiera de vosotros en cualquier barrio tranquilo de América”, dijo Patricia McCloskey en un vídeo grabado en su casa, sentada en un sofá con su marido, que explicó indignado que ellos –y no la “horda de manifestantes fuera de control” de la que tuvieron que “defender” su hogar– han sido los únicos acusados de cometer un delito. El gobernador del estado, republicano, ha dicho que les indultará si son condenados.

 

“Pensé que iba a ser la toma de la Bastilla, que íbamos a acabar muertos, que quemarían la casa y no podríamos hacer nada”, comentó en su día Mark McCloskey. Hay una investigación en marcha para aclarar lo ocurrido el 28 de junio en este rico suburb de San Luis, pero de momento la Fiscalía ha presentado cargos contra la pareja por uso indebido de armas de fuego.

 

Los agentes de policía que llegaron al lugar de los hechos los trataron en un primer momento como las víctimas. Sus abogados aseguran que los manifestantes forzaron la valla que da entrada a la urbanización y se mostraron violentos. No hay pruebas de que el grupo fuera armado, como alegan los McCloskey. Los manifestantes, que pudieron entrar a la urbanización por error, lo niegan y afirman que la valla estaba abierta, aunque apareciera rota. El matrimonio asegura que respalda la causa de Black Lives Matter.

 

La prensa local ha aireado la larga lista de litigios iniciados por la pareja –ambos, abogados de profesión– contra sus vecinos por todo tipo de razones así como su intento de prohibir que parejas no casadas se instalaran en la urbanización, supuestamente por sus ideas homófobas. “Es indignante que tengan una audiencia nacional”, ha declarado la rabino Susan Talve, vecina de los McCloskey, a los que acusa de quitar a hachazos, sin previo aviso, una colmena para abejas instalada por su congregación porque se adentraba unos centímetros en su finca.

 

La historia de los McCloskey, con todos sus claroscuros, fue utilizada por la convención republicana para captar la atención de los votantes de los suburbs , las zonas residenciales a las afueras de pueblos y ciudades que desde el 2018 han empezado a darles la espalda para apoyar a los demócratas. “Estos radicales no se contentarán con marchar por las calles, quieren tomar el Congreso y el poder. Ese es el partido de Joe Biden”, dijo Mark McCloskey. “No importa donde vivas. Tu familia no estará segura en los EE.UU. de los demócratas radicales”, enfatizó su mujer, que acusó al partido de Biden de “querer abolir los suburbs ” y llevarles “crimen, desgobierno y apartamentos de baja calidad”.

 

Los comentarios de la mujer se refieren a una ley del 2015 aprobada por la administración Obama que Donald Trump paralizó en el 2018 sobre ayudas federales a nuevas viviendas, que no afectaban en cualquier caso a las calificaciones urbanísticas. “Este fue uno de los momentos más racistas de la noche”, afirma Kristen Clarke, presidenta de Lawyers Commitee, un grupo de defensa de los derechos civiles. El alegato de los McCloskey “tiene sus raíces en políticas urbanísticas racistas y delimitaciones dirigidas a mantener las comunidades segregadas y aisladas”, dijo.

 

Desde que el asesinato de George Floyd provocara una ola histórica de protestas contra el racismo –en algunos casos, acompañadas de disturbios– el presidente Trump lo ha intentado presentar como un argumento para su reelección, sobre todo de cara al electorado blanco de los suburbs y las mujeres (“amas de casa”, las llamó) que allí viven.

 

Este espacio icónico del American way of life ha experimentado sin embargo enormes cambios demográficos en los últimos años y en poco se parece al territorio de blancos que aparece en las series de televisión de los años 50 y 60. De momento, según las encuestas, la estrategia de Trump no está funcionando. Su esperanza es que conforme se acercan las elecciones la gente se canse de las protestas y su promesa de ser el presidente de la ley y el orden suene más atractiva.

 

Las encuestas sí empiezan a señalar una caída del apoyo a Black Lives Matter y una creciente preocupación de los votantes por la criminalidad. Es, según, una encuesta de Pew Research, el quinto tema que más les preocupa, por detrás de la pandemia, el nombramiento de jueces, la sanidad y, sobre todo, la economía.

 

Neutralizar las críticas a Trump por su gestión de la crisis es uno de los objetivos de la convención republicana, que anteanoche hizo un relato distópico sobre los logros del presidente. Pero en su estreno, la prioridad fue advertir qué es “lo que pronto ocurrirá en un barrio cerca de ti” si gana Biden.

 

Con información de La Vanguardia

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