El homo sin vergüenza por Arnaldo García Pérez

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El falso profeta llegó a la aldea y aterrorizó a todo el mundo con amenazas de males que vendrían del bosque. Las personas, asustadas, reunieron una enorme cantidad de dinero y se la entregaron a este hombre con el objetivo de que alejase de ellos aquellos peligros. El hombre compró algunos panes viejos, y empezó a arrojarlos a trozos alrededor del bosque, recitando palabras incomprensibles. Un muchacho se le acercó: ­¿Qué está usted haciendo? ­Estoy salvando a tus padres, a tus abuelos y a tus amigos de la amenaza de los tigres. ¿Tigres? ¡Pero si no hay tigres en este país! ­Gracias a mi magia ­dijo el falso profeta­, que, como puedes ver, funciona siempre. El muchacho aún quiso replicar alguna cosa, pero los habitantes decidieron expulsarlo de la ciudad, pues estaba estorbando el trabajo de aquel hombre santo. (Paulo Coelho).

La historia del hombre desde sus comienzos habla de una evolución en constante desarrollo. Desde nuestros primeros abuelos que se desplazaban en cuatro patas, hasta este hombre atlético e inteligente del día de hoy, ha pasado mucho tiempo. Pero en cada una de sus etapas de evolución, el ser humano fue adquiriendo mayores y mejores destrezas y habilidades que le permitieron la supervivencia. Siempre trabajando desde el sentido comunitario, este hombre primitivo estableció parámetros de relaciones que los llevó a tener unos vínculos colectivos y siempre un bien común. De allí nacen las grandes civilizaciones.

Sin embargo, en todo ese proceso de aprendizaje colectivo, ha existido una subespecie que, pese a tener las mismas características físicas e intelectuales que sus hermanos, tienen objetivos y metas completamente diferentes: El Homo Sinvergüenza. Este espécimen ha evolucionado con los años y se convierte en una variedad particular por sus características: desvergonzado, fresco, descarado, caradura, golfo, canalla, ruin, bajo, tunante, pícaro, bribón, granuja.

Los vemos en muchos escenarios cotidianos. Los hay de cuello blanco promulgando leyes a su beneficio que le permiten el robo de millonarias cantidades a su amparo. Con insignias de autoridad enriqueciéndose bajo la extorsión o el chantaje. A niveles más básicos estafando a gente con el cambio de divisas, la venta de carros o cobrando por un puesto de una cola o cuidando carros en la calle.  También los hay en la empresa privada echando carro en sus tareas o en las empresas públicas cobrando comisiones por actividades que son sus funciones normales. En definitiva, son personas con determinada actitud pícara o que se mueve tan solo por intereses propios.

En el mundo han existido interesantes especies que por condiciones naturales han llegado a su extinción y han acabado en un simple recuerdo. Algunas de esas especies tienen como verdugo al mismo hombre que ha acabado con ellas, bien por una necesidad de alimento, bien por una protección de su comunidad.

En estos momentos estamos llamados a comenzar un nuevo exterminio. Acabar con la subespecie del Homo sinvergüenza, y con su extinción definitiva. Garantizar sociedades más dignas para todos. Es un trabajo tan sencillo como comenzar a no ser parte de ellos. No caer en la tentación del resultado fácil y plantarles una pelea que se maneje en los términos de la justicia, la legalidad y la honestidad. La solo omisión de conducta conduce a su declive. Trabajemos juntos para acabar con ella.

Depende de nosotros nuestra subsistencia.

Saludos

Arnaldo García Pérez

@arnaldogarciap

www.arnaldogarciap.blogspot.com

 

 

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