Integrar al migrante por: Padre Francesco Bortignon y Fernando Tirro

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”INTEGRAR” al migrante y refugiado.  Significa trabajar para que los refugiados y los migrantes participen plenamente en la vida de la sociedad que les acoge, en una dinámica de enriquecimiento mutuo y de colaboración fecunda, donde el migrante es actor del desarrollo de la comunidad local.

San Pablo tenía esta visión: «Ustedes ya no son extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios».

El desafío es integrar al migrante en lo económico, en lo social, en lo religioso, en la totalidad de su persona, en lo que produce, lo que piensa y lo que cree.

Pero sufrimos todavía un contraste profundo, hasta dentro del mismo país, entre Norte y Sur, entre región y región: superar las fronteras de nuestros corazones es más complejo que conseguir un VISA en el Pasaporte.

Pero poco a poco esas barreras se van cayendo. El mundo del futuro vive toda una osmosis, de idiomas, culturas y tecnología; las nuevas generaciones están hartas de guerras y sedientas de “encuentros”. A la sed de la nueva generación tenemos la oportunidad de ofrecer la semilla el Evangelio, con su profundo mensaje de Paz y con su libertad frente a la esclavitud de lo material:  “no solo de Pan vive el hombre”. A lo que le tengo miedo es al demonio de la riqueza: en efecto, tanto las causas de los éxodos migratorios como el rechazo de los migrantes pasan principalmente por la corrupción de un bando y la sed desenfrenada de dinero del otro bando.

La cocina, el arte, el deporte, la cultura, son espacios que facilitan esa “Integración” con el Migrante. Son parte de la estrategia del encuentro: una danza, una música, un teatro, la poesía, el arte, un juego, tejen la magia del encuentro, porque nos traen el pasado con sus vivencias y recuerdos que dan valor y fuerza para soñar un futuro, con un lenguaje donde las diferencias se hacen atractivas, sin provocar discordias.

Se trata, entonces, de que el cristiano, en el país de acogida, sea el primero en encontrar al hermano y así saber ayudar a los otros a ver en el emigrante y en el refugiado no un problema sino una oportunidad. Sucede que, en tierra extranjera, todo migrante busca unidad. Los equipos pastorales deben saber abrir sus brazos a la acogida, descubriendo e incorporando las expresiones de fe propia del migrante con verdadero sentido católico, es decir universal.

No nos pase hoy lo que le pasó a los migrantes del siglo pasado, que, al Norte, solo podían celebrar en los sótanos de las iglesias católicas, como cristianos de segunda clase.

Papa Francisco recordaba en estos días el 10° aniversario de las víctimas de Tamaulipas, México: “Eran 72 migrantes de distintos países, que buscaban un futuro mejor. Quiero expresar mi solidaridad con las familias que todavía invocan verdad y justicia. El Señor nos pedirá cuenta por todos los migrantes caídos en sus viajes de esperanza: son todas víctimas de la cultura del descarte”. (Angelus 23 Agosto 2020)

 

 

“MIGRANTES: HOY COMO AYER”

Padre Francesco Bortignon                                                  Fernando Tirro

Misionero de San Carlos                                                       Movimiento Laico Scalabriniano

bortignonfrancesco@hotmail.com                                     mls_valencia@yahoo.com

Todos los martes y Jueves a las 11.00am por 97.5fm “La Voz de Dios” – Valencia / Venezuela

 

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