Deseos no preñan por Arnaldo García Pérez

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“Érase una vez una joven lechera que llevaba un cubo de leche en la cabeza, camino al mercado para venderla. Durante el camino, la soñadora joven iba imaginando lo que podría lograr conseguir con la leche. Pensó que en primer lugar y con el dinero de la venta compraría un canasto de huevos, los cuales una vez eclosionaran le permitiría montar una pequeña granja de pollos. Una vez estos crecieran podría venderlos, lo que le daría dinero para comprarse un lechón. Una vez este creciera la venta del animal bastaría para comprarse una ternera, con la leche de la cual seguiría obteniendo beneficios y a su vez podría tener terneros. Sin embargo, mientras iba pensando todas estas cosas la joven tropezó, lo que provocó que el cántaro cayera al suelo y se rompiera. Y con él, sus expectativas hacia lo que podría haber hecho con ella.”

La vida se compone de realidades e ilusiones. Somos por naturaleza seres que mantenemos una constante combinación de hechos y expectativas. En la mayoría de las oportunidades, nuestros sueños se convierten en combustible que permite oxigenar y desarrollar actividades concretas, para esto, es necesario trabajar “con los pies sobre la tierra”. Los sueños nos permiten visualizar más allá de las realidades. Son, con una adecuada dosis de realismo, la brújula que orientará nuestras acciones futuras.

El problema se presenta cuando nos quedamos solo en los sueños y esperamos que, por arte de magia, las cosas cambien o las circunstancias se presenten casi, de una manera automática, para llevarnos directamente al objetivo. Hay un adagio popular que manifiesta en su esencia la sentencia inequívoca de que “Deseos no preñan”, queriendo revelarnos esta expresión la necesidad de pasar a un nivel de acción que nos permita convertirlos en realidad. Evidentemente la receta para lograrlo es evidente: Tome sus sueños y aterrícelos en ideas concretas, esas ideas conviértalas en objetivos alcanzables y una vez definidos estos, establezca un plan de acción para lograrlos. Ese plan debe llevar como condimento, fechas de ejecución y revisión, para allí, estar en posición ventajosa de acercarlos a realidades. Esto evidentemente, dependiendo del tamaño del sueño.

En estas épocas decembrinas comienzan a aparecer nuestros deseos de nuevo año. Muchos asumen rituales particulares y personales para establecer lo que desean ocurra en el año por comenzar. Allí se listan las mejores intenciones y en muchos de los casos sueños impresionantes de dicha y porvenir, que no importa, por ser solo sueños, excedan las expectativas reales de cumplimiento. En muchos de esos casos, paradójicamente se repiten deseos que años tras años se han listado, sin el menor esfuerzo por trabajar para hacerlos realidad.

Necesitamos concentrar nuestros esfuerzos. Que este año que comienza tenga usted la oportunidad de trabajar por sus sueños de manera concreta y correcta. Plantéese sueños realizables y alcanzables. Establezca planes de acción concretos y comience a alcanzar pequeños objetivos que lo alienten a seguir en el camino del objetivo mayor. Al hacerlo de esta manera, el horizonte será más claro y el objetivo más concreto. Más real.

El Hombre soñó con pisar la luna, pero trabajó duro para llegar a ella. No se baje usted de su sueño, planifique y trabaje constante para alcanzarlo.

Si puedes soñarlo, puedes lograrlo. – Walt Disney

Feliz año nuevo 2.021.

Saludos

Arnaldo García Pérez

@arnaldogarciap

www.arnaldogarciap.blogspot.com

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