Tras la vacuna por Rafael “Negro” Blanco

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Con el tema de las vacunas encontramos motivos de sobra para cuestionar al gobierno oficial de Nicolás Maduro, desde el abuso de la priorización del reducido número de vacunas recibidas entre febrero y marzo de este año, a saber, 200 mil rusas y 500 mil chinas, el evidente saboteo a la bien presentada propuesta de Fedecámaras para inmunizar a unos 6 millones de sus trabajadores, su incomprensible negativa de recibir las vacunas AstraZeneca a ser provistas por el sistema COVAX, incluso pudiera decirse la manifiesta intención del gobierno oficial de hacerse el bolsa con una supuesta falta de liquidez de divisas consecuencia de las sanciones internacionales a su gobierno que le impediría adquirirlas para después  terminar anunciando, ante el aireado reclamo del pueblo, que ya por un procedimiento desconocido había logrado cancelar algo más del 50 % de las exigencias de pago del sistema COVAX de las Naciones Unidas, representando todo esto un muñequeo, pulso o como lo quieran llamar pero que en definitiva no fue más que un macabro manguareo político con la salud pública venezolana.
Tampoco voy a resaltar algunos cuestionamientos que correspondería  hacerle al gobierno legítimo, por aquello de que “el que le pega a la familia se arruina”, salvo su ansia de figuración y aprovechamiento del justo reclamo nacional que realizamos los venezolanos en general, para presentarlo como éxito político suyo y de sus seguidores, cuando no es así, de ejemplo la diaria exigencia de la Conferencia Episcopal Venezolana.
Cuándo llegarán las vacunas canceladas, cómo será el procedimiento a seguir para su aplicación, a donde debemos llamar, en cuál portal registrarnos como sucede en otros países, son preguntas que todos nos hacemos. Ademas, el anuncio oficial que la tercera edad será inmunizada vía Sistema Patria es no sólo discriminatorio sino criminal, porque no todos los adultos mayores están registrados en ese sistema.
Lo único que quedó a ojos vista como un hecho cierto y que hemos venido señalando desde Unión y Progreso, es la eficiencia de la vieja consigna estudiantil aquella de que “el pueblo unido, jamás será vencido” representado en el clamor general de toda la población por acceder a las vacunas requeridas sin distingos de colores partidistas, profesiones, oficios, edad, género, todos al unísono en un solo grito reclamamos la vacuna. Fue tal el estruendo del reclamo que el gobierno espantado de un solo tiro hizo aparecer los reales en el acto y pagaron al COVAX.
Ellos prometen informar de dónde sacaron los francos suizos pero a nosotros eso no nos importa nada, lo único que realmente nos interesa es saber cuándo llegan las susodichas vacunas y el mecanismo a utilizar para su distribución justa, igualitaria y equitativa y sobre todo de qué manera avanzamos para vacunar al resto de la población, que no será cubierta por las vacunas que vienen a través del COVAX.
Demostrado está una vez más que si todo ese 80% del país se mantiene homogéneo, no hay dictadura ni trampa oficial que valga.
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