Desde allá hasta el Koki: Por Gonzalo Martín

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La cosa comenzó, oficialmente, un cuatro de febrero de 1992.

El chavismo hizo aparición pública generando violencia, luego siguió un 27 de noviembre del mismo año; y desde ese momento hasta ahora la violencia criminal en Venezuela no es que no se ha detenido, es que va aumentando a límites sorprendentes.

Además, la violencia no sólo debe ser física, la hay también verbal y psicológica y en todas estas versiones el chavismo se ha sabido manejar como pez en el agua.

El día que, de mi parte, vi con mucha preocupación las intenciones de Hugo Chávez fue cuando dijo: “voy a freír la cabeza de los adecos en aceite”, para ese momento un militar golpista fracasado que debía a como dé lugar reivindicarse ante su propia ineptitud y cobardía de aquel febrero del 92, demostraba que su visión para solucionar cualquier situación u obtener algo, era la violencia.

Con un discurso agresivo e insultante hizo de la violencia su arma preferida para tener siempre la razón.

“No quedará piedra sobre piedra”

“Somos pacífica pero armada”

“Me les dan gas del bueno”

“Marisabel esta noche te doy lo tuyo”

“Gringos de mierda váyanse bien largo al carajo”

O sea, si este era el discurso, no se podía esperar menos de los hechos.

Así el chavismo utilizó el amedrentamiento, y si no funcionaba entonces recurrían a la acción.

El chavismo nació de la violencia y gracias a la violencia vive.

La agresión a todo aquel que les adversara se hizo común. La toma violenta del Congreso en el año 2000, luego las golpizas a Maria Corina Machado, Borges, Requesens; a periodistas como Gustavo Azocar y así, la violencia se hizo costumbre.

Nacieron los Círculos Bolivarianos que luego se transformaron en “los colectivos”.

La sugerencia de armar a milicianos y a grupos sociales y hasta a los presos fue minando la tranquilidad y la paz en el país.

“Sin mencionar la impunidad con la que actuaron esos grupos al comienzo de esta pesadilla. Para muestra tenemos el asesinato de la Sra. Maritza Ron en Altamira y los cometidos por el “caballero” Gouveia en la misma plaza” (tuiter de @2006_tiburon en referencia a este tema y el uso dado a los Círculos Bolivarianos).

Por supuesto, la represión fue parte fundamental de esta “batalla” por mantenerse en el poder.

Recuerdo a Freddy Bernal en una oportunidad, no tengo claro el año, pero ya las protestas contra el gobierno de Chávez se hacían contundentes, decir: “no jueguen a la violencia, ustedes no saben lo que es eso” en clara alusión a que ellos sí lo sabían, dando a entender que la utilizarían de ser necesario; y… ¡mira pues!

Detenciones arbitrarias, persecuciones, amenazas, censura, son modos también de violencia.

Y así llegamos a la “guerra asimétrica”.

Con la excusa de un ataque que nunca ocurrió y que además afortunadamente no parece llegar, Hugo Chávez amenazó con defenderse utilizando la guerra de guerrillas, para ello debía armar a ciudadanos que defendieran la revolución como fuese. Ya los colectivos al parecer le quedaron insuficiente y así comenzó una serie de acuerdos con grupos delincuenciales.

El Coqui, el Tren de Aragua son sólo dos de estas bandas criminales, pero las más conocidas por su alcance territorial cada vez mayor.

O sea, el mapa de Venezuela está tomado por grupos violentos; guerrilla, colectivos y delincuentes realizan labores en sus comunidades que el Estado venezolano no es capaz de hacer, estos grupos donan juguetes a los niños, ayudan a los ancianos, reparten comida, controlan la delincuencia en sus territorios, construyen escuelas… así entonces el régimen desde los tiempos de Chávez delegó en ellos su función como gobierno, como Estado.

Pero más allá, estos acuerdos con el hampa los llamaron “zonas de paz”, o sea, no nos metemos con ustedes y ustedes nos ayudan cuando los necesitemos (recuerden: “guerra asimétrica”).

Pues bien, es obvio que alguno de los dos (régimen y delincuentes) no cumplió con su parte.

También se dice que los hechos violentos de la semana pasada en Caracas, así como en todo lo que va de 2021, son acciones para distraer de algo inconveniente para el régimen, y puede ser pero francamente no lo creo. El gobierno de Maduro ha demostrado que poco le importa “el qué dirán”.

Todos los delincuentes de hoy ¡todos! nacieron en el gobierno de Chávez, en plena revolución delincuencial.

Ahora la versión del régimen, como siempre para no admitir su complicidad con los hechos ocurridos, es que la culpa de todo es de la oposición venezolana y de los norteamericanos. En esto ya ni asombran, muy previsible.

Buena parte del arsenal decomisado tiene identificación de CAVIM.

O sea, no es difícil investigar de dónde sale tanto armamento. Hace un mes el FAES tomó la zona en conflicto, 30 días después no estaban allí, y entonces ocurren de nuevo ataques, enfrentamientos y muertes.

Los sospechosos escaparon cómodamente, no se sabe cuándo ni por donde, pero escaparon. Durante esos 30 días desde el último enfrentamiento contra la policía ¿que hizo el Estado para evitar lo que volvió a suceder? Si algo hizo fue muy deficiente su labor, por eso no es difícil pensar que hay demasiada tolerancia a esta delincuencia.

En todo caso, gente inocente muere asesinada por estos criminales en un Estado absolutamente incapaz de detener tanta violencia que, desde un comienzo de esta historia, pareciera estimulada y apoyada desde el poder.

Allí les dejo eso!

 

Gonzalo Martin

IG / TW: @gmartin1961

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