Chyno y Nacho por Gonzalo Martín

Twitter se ha convertido en la casi única vía para estar informados de todo lo que sucede, principalmente en Venezuela. Medios abiertos en Venezuela prohibidos, censurados, comprados y otros amenazados mantienen un inmenso bloqueo informativo al venezolano, nos enteramos sólo lo que el régimen quiere y encima, en la versión oficial de la dictadura.

¡Es así!

En aquellas épocas donde existieron las dictaduras que teníamos conceptuadas como tales, existía la figura del censor, no es otro que un grupo de personas por las cuales pasaba toda noticia o comentario de opinión y que ellos aprobaban, modificaban o sencillamente rechazaban, so pena claro de recibir el respectivo castigo que el régimen de turno considerara si el contenido no era del agrado de estos señores.

Hasta las películas y canciones eran censuradas. Esto último también sucedió en Venezuela en la época democrática en algunas pocas ocasiones.

Hoy, la figura del censor previo no existe; en Venezuela el régimen se ahorró ese gasto. Impusieron la “auto censura”, la cual se produjo bajo un proceso lento, progresivo y constante.

En primer lugar, y solo voy a hacer una breve descripción con ejemplos de cómo el chavismo conquistó el control de las opiniones y de las noticias.

Las cadenas de radio y tv fueron las primeras herramientas para tapar algún acontecimiento inconveniente al gobierno que estuviese ocurriendo en un momento determinado. Las mismas cadenas sirvieron para inducir la opinión, o sea, “repetir una mentira mil veces hasta que se convierta en verdad”. A través de ellas no sólo se insulta sino también se difama con absoluta impunidad.

Luego, las sanciones… ¡si! el régimen de Maduro que tanto chilla sobre las sanciones internacionales a funcionarios y hasta en algunas de ellas al Estado, pues fue el régimen de Chávez el primero que las aplicaron a los medios de comunicación; enviaban al SENIAT, a los bomberos, a las alcaldías y cualquier ente gubernamental a hostigar, a presionar; o sea, decir sin decir; mientras más “rebelde” era el medio (tv, radio y prensa escrita) más visitado era.

Tanto así que comenzaron a multar por informar, sancionaron a empresas, retiraron concesiones y se apoderaron de la distribución del papel para noticias.

Todos métodos de intimidación y amedrentamiento y por supuesto control.

Crearon CONATEL y la ley Resorte como la excusa perfecta para recurrir al delito como arma de censura.

Sin embargo, el periodismo se reinventó y migró a las redes sociales, desde fuera y dentro de Venezuela, y allí está aún haciendo el trabajo pero entonces, la dictadura también se adaptó, ha bloqueado portales satelitales y virtuales.

“Si no lo puedo controlar lo callo” es lo que dice la dictadura a la vista de los hechos.

Una vez le preguntaron en una entrevista al reconocido periodista César Miguel Rondón, cuando ya muchos periodistas habían sido perseguidos y este aún conservaba su programa de radio “¿por qué no le han censurado?”. Respondió con la sobriedad que le caracteriza: “creo que me permiten aún estar al aire para que puedan decir que aún hay libertad de expresión”, pues bien, a casi dos años de esa respuesta tuvo que huir del país.

Aún queda un periodismo crítico en Venezuela que hace lo que puede, pero a través de las restricciones de censura impuesta por la ley Resorte (por cierto, ley que llamaron al comienzo Ley Mordaza y fue prohibida luego mencionarla así).

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Periodistas perseguidos, amenazados, detenidos y heridos solo por ejercer la profesión y por opinar como ciudadanos.

Quedamos pocos que aún decimos, desde Venezuela, lo que pensamos a través de alguna plataforma virtual o radioelectrica.

Pero el control de la información y la opinión por parte del régimen chavista también ha mutado, en comienzo lo que ha hecho es generar matrices de opinión, con esto desvían la atención de temas álgidos, si algún hecho les afecta y es muy difícil de censurar u ocultar, crean otro peor para ocuparnos de el; en esto incluyo el atizar las diferencias dentro de la oposición, o sea, crean otras noticias para mantener ocupada nuestra atención. Ejemplos de esto los hay ya por miles en estos 22 años.

Lo peor de todo… es que la mayoría cae en este juego. La psicología de masas que aplica el régimen es algo, de verdad, digna de admiración.

Otra manera de mantener ocupada a la opinión pública es creando la precariedad de vida donde el ciudadano, agotado por conseguir mejorar el infame nivel de sobrevivencia no tenga tiempo ni ganas de ocuparse de cualquier otra cosa, a esto se le suma la inmediata represión policial (y judicial) a la que son sometidos aquellos que protesten por la falla de algún servicio público. Callada la protesta no existe noticia, salvo la simple mención a vuelo de pájaro de la misma.

Les confieso que estas líneas para esta semana fueron motivadas por mi TL en mi cuentas de Twitter e IG, me explico:

Para estar informado sigo a reconocidos periodistas y medios digitales, las noticias que más he visto resaltadas son:

La presentación de Chyno y Nacho en un premio en USA.

Algo de las olimpiadas.

La dinámica en la oposición que si hay que participar o no en las elecciones (la cual hasta ahora adivinen a quién beneficia).

Hasta la revuelta cubana fue opacada por el régimen rojo venezolano.

Es que apenas, con la contundencia que merece el tema, se menciona la escasez de vacunas, al menos para aquellos que requieren de una segunda dosis que aún no llega.

Al país, Maduro lo metió en un congelador, o más bien está en un “stand by” o pausa, pero no noticioso únicamente… ¡no! Es que entre la censura y la no generación de medidas de Estado que ayuden al venezolano en su sobrevivivencia, no hay algo nuevo que reportar que no se haya dicho y/o criticado ya hasta el cansancio.

¡No hay nada nuevo pues!. Como es mi caso hoy.

Y así, es la manipulación mediática al ciudadano por parte de la dictadura.

¡Allí les dejo eso!

Gonzalo Martín

IG / TW: @gmartin1961