Markita Andrews (o cómo no procrastinar) por Arnaldo García Pérez

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El padre de Markita abandonó a su familia cuando ella solo tenía 8 años, y fue criada por su madre que trabajaba como camarera en Nueva York. Ambas estaban muy unidas y compartían un sueño: viajar alrededor del mundo. Pero con el poco dinero que ganaba la madre, este sueño se presentaba muy poco realista. Al menos hasta que Markita leyó en su revista de Girl Scout que la chica que más galletas vendiese ese año obtendría como recompensa un viaje alrededor del mundo para dos personas. Esa era toda la motivación que necesitaba Markita. Cada día después de ir al colegio, Markita se vestía su uniforme de Girls Scout e iba puerta por puerta tratando de convencer a los vecinos de que le comprasen sus galletas. Dejando de lado su timidez, descubrió que tenía un talento especial para la venta. Además, decidió compartir con la gente su sueño de ganar, los hizo partícipes de él. Ella no vendía galletas, le pedía a la gente que invirtiesen en un sueño. “Hola. Tengo un sueño. Vendiendo estas galletas me gustaría ganar un viaje por el mundo para mamá y para mí –decía-. ¿Te gustaría invertir en una caja de galletas para cumplir nuestro sueño? Ese año, Markita vendió 3.526 cajas de galletitas y ganó el viaje por el mundo. Desde entonces, vendió más de 42.000 cajas de galletitas Girl Scout, participó en convenciones de ventas a lo largo de todo el país, protagonizó una película de Disney sobre su hazaña y escribió el libro que se convirtió en un best seller: «How to Sell More Cookies, Cadillacs, Computers… And Everything Else». (Google/María Soto)

Historias como estas nos inspiran, nos motivan y muchas veces nos retan a evaluar nuestro status quo. ¿Por qué algunas personas alcanzan sus sueños y se convierten en referencia para muchos, mientras que otros, nos la pasamos rumiando en nuestras vidas entre remordimientos y frustraciones? ¿Que nos diferencia y permite que algunos alcancen sus sueños y otros no? Podríamos hablar de la perseverancia como uno de los ingredientes sustanciales de esta receta. Porque, vender esas 3.526 cajas de galletas significó por lo menos la misma cantidad de salidas a la calle y visitas a potenciales clientes, sin contar con los que dijeran que no, o no estaban en casa para el momento de su visita. Significó un enorme esfuerzo que requirió planificación, por más sencilla que pudiera ser para una niña de 10 años y …en tan solo semanas¡¡¡¡

La gran mayoría de nosotros, pese a tener las mismas capacidades y condiciones que Markita o cualquier otro emprendedor notable, no damos el paso sustancial hacia nuestros sueños porque nos autosaboteamos, retrasamos nuestras actividades y les restamos valor a nuestros esfuerzos. En pocas palabras nos convertimos en expertos en Procrastinar.

La Procrastinación es un trastorno volitivo que padecemos muchos de nosotros y se compone de nuestros miedos, inseguridades y la falsa creencia de no poder acceder a las oportunidades, o a no tener las capacidades para aprovecharlas, lo que nos hace postergar nuestras acciones y en muchas oportunidades reemplazarlas por otras actividades que nos distraen y alejan de nuestros sueños. Este cóctel negativo nos lleva al aplazamiento, a la negación, en síntesis, a la frustración, generando ansiedad y angustia ante la poca efectividad y avance de nuestros comportamientos.

No es fácil abandonar esa condición de procrastinación, sin embargo, tenemos herramientas para hacerlo: Comencemos por identificar nuestras metas u objetivos esenciales y convertirlos en pequeñas acciones o tareas a conseguir. Es más fácil alcanzar una tarea sencilla día a día, que una gran acción de un solo golpe. Esto nos irá ganando en voluntad y confianza para mantener el ritmo y asumir mayores labores. Así mismo, debemos comenzar a trabajar en sencillos pasos de planeación y seguimiento que nos guíen en el camino seguro. Una sencilla lista de tareas diarias nos ayudará a no perder el foco y concentrarnos en lo importante. Cada check que dibujemos en nuestra lista será un éxito en el camino a nuestros objetivos y una enorme satisfacción. Y, por último, y no menos importante, conectarnos desde el ser con nuestras capacidades y nuestro poder interior. Motivación, inspiración y fuerza de voluntad para mirar hacia adelante y no caer en la tentación de procrastinar ante las dificultades. Cada vez que aparezca el fantasma de la postergación, espantarlo con alegría y accionando en nuestras tareas.

Tenemos las herramientas para pasar a la acción, nos toca aplicarlas para alcanzar nuestras metas, no en cajas de galletas, pero sí en actividades y proyectos que nos enaltecen y nos hagan a cada uno de nosotros seres felices y satisfechos con sus acciones.

El que abandona pierde.

Saludos

Arnaldo García Pérez

@arnaldogarciap

www.arnaldogarciap.blogspot.com

 

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