Definitivamente, Venezuela se esta arreglando por: Gonzalo Martín

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¡Es un eslogan!
También está el otro que dice:
“Venezuela se arregló”.
El primero es la promesa, es el “lo estamos trabajando y logrando; el segundo es el… ¡ya está hecho!.
Es así que para este humilde opinador, todo es parte de la gran farsa del régimen para crear la matriz de opinión que ellos, los rojos, desde ahora necesitan tener.
La del gobierno eficaz y productivo; la de la alta gerencia que a pesar de las dificultades lo está logrando, y así lo dijo textual Nicolás Maduro recientemente como por si a alguien le quedaba la duda, que gracias a él y a su gobierno hoy el país no solo está mejor, sino que va para mucho mejor aún, y que lo han venido logrando solos, sin ayuda. ¡Su epopeya pues! O sea, todo es pura y simple propaganda, y ademas hay quienes de este lado, se han prestado para ello. El régimen de Maduro, así como lo hizo Chávez, manejan extraordinariamente las emociones psicosociales. De allí la polarización. Buenos y malos… ¡punto!.
El “divide y vencer” viene empujado gracias a incentivar las emociones en la división de opinión; algo así como un juego de beisbol donde el público esté conformado únicamente por fanáticos radicales. La coñaza será de campeonato, pero si encima uno de estos grupos es apoyado por el arbitraje y los guardias del campo, el otro es totalmente controlado, y así este último desarrolla mayor ira, y la rabia está estrechamente ligada al extremismo; y ya sabemos lo que trae este fanatismo extremo.
Pero, por supuesto, no sólo de mentiras vive el hombre, también hay que maquillarlas, diafrazarlas; y es allí donde entraron los bodegones, los restaurantes nuevos, el Humboldt, los casinos, los conciertos, los edificios nuevos en zonas como Las Mercedes en Caracas, las visitas de algunos “influencers”…
Hay que sustentar la mentira con una pizca de realidad.
Parte del plan de propaganda del régimen han sido las figuras (artistas principalmente) que desde siempre se han presentado ante el “lider” en el palacio para generar la noticia de que todo va bien, y que además recibe la aprobación de figuras relevantes (?).
Todo es una gran puesta en escena, ¡nada más! Además, también, la contratación de la nueva “movida artística” en los escenarios venezolanos.
Mi hijo, de 17a me dijo el sabado: “Es que no se puede decir que Venezuela se está arreglando, si solo ves lo que quieres ver”. ¡Y es absolutamente cierto!
Recientemente las cantantes Karina y Kiara hicieron unas declaraciones diciendo una realidad: “hay una apertura” y realmente si la hay; pero hay que analizar esa “apertura” en el contexto de la realidad y en que mundo se basa esa apreciación.
Entonces para ello yo preguntaría, ¿ellas hablan por los niños que fallecen en el Hospital J M. De Los Ríos, o por la pensión de los abuelos, o por el resto del país sin electricidad ni agua, o por el destartalado Metro de Caracas?
¿Vieron un poco más alla de la cuarta fila de gente feliz cantando en cada uno de sus conciertos? No parece.
Ciertamente hay una recientemente “movida” cultural costosa (por lo que cuestan las entradas y el éxitos de ellas) que atrae a un número sorprendente de seguidores, y digo sorprendente porque choca contra la realidad de un resto del país que ronda un poco más del 80% de pobreza, y ni hablar del porcentaje de pobreza extrema.
El tema aquí es de ruido, como dijo mi hijo: “si solo ves lo que te rodea…”.
También un amigo, con quien converso mucho del país me comentó el sabado: “¡Nooooo! Se podrá mover la economía,  pero… ¿sin educación, ni salud y la familia bastante golpeada como se levanta un país? Estamos en modo sálvese quién pueda”. ¡Y es que es así, claro y raspao!
La economía hoy en Venezuela se mueve en una pequeña capa social, esta por supuesto ha permeando hacia abajo generando algunos empleos que hasta hace poco no existian, esto trajo un muy pequeño bienestar inesperado y repentino.
“El socialismo te rompe las piernas y luego te da las muletas” y así nos sentiremos agradecidos. Pensar que tocamos fondo y ahora ya nos estamos recuperando. Esa es la sensación (y esperanza) que pretenden imponer desde el régimen; y lo están logrando.
Ahora… ¿por qué todo esto si ya nos tenian abajo, en el fondo ya controlados?
Por la presión internacional, Maduro necesita ganar unas elecciones medianamente limpias, que tengan muy poco para ser cuestionadas en el 2024.
Con un agradecimiento popular generalizado por “las muletas” y una oposición absurdamente dividida, el chavismo-madurismo se podrá presentar cómodamente en cualquier evento eleccionario y no necesitará de escandalosas trampas para ganar.
Y ganando de esa manera, el mundo deberá reconocerlo poco a poco y así quedar liberado de algunas sanciones que tanto les pesan hoy en día.
¡Allí les dejo eso!
Piénsenlo.
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