“El Estado fracasó, pero nos salvará el trabajo” por Santiago Rodríguez

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Con la frase tomada como título, Arturo Uslar Pietri, en un momento en que el país se encontraba sometido a una situación de frustración y de ineficiencia pública que jamás se había vivido con tanta magnitud, planteó en su columna “Pizarrón”, la obligación de un cambio de rumbo en el concepto de nación y de Estado. Resaltando la apremiante necesidad de que el Estado venezolano viva de la nación, y no al contrario, como ha ocurrido, desde la fundación de la democracia con sus terribles consecuencias.

Uslar Pietri lo expresó de la siguiente manera: “En lugar de una nación, hicimos un Estado monstruoso, gigantesco, ineficiente por naturaleza, dispendioso por naturaleza, inepto por naturaleza, que manejó un inmenso volumen de riqueza a su capricho y a través de un aparato burocrático que es de los más grandes del mundo (…) Ese modelo absurdo y loco sólo era posible sostenerlo con el crecimiento constante del ingreso petrolero que, evidentemente, no podía ocurrir. Al contrario, los precios internacionales del petróleo bajaron y el Estado venezolano vio caer sus ingresos. El modelo se quedó sin gasolina”. (EL NACIONAL. Cuerpo D. Página 1. Domingo 12 de mayo de 1996).

Así fue como pusimos todos nuestros recursos al servicio de la construcción de un Estado Omnipotente (para usar la frase con la que titula uno de sus libros Ludwig von Mises), un aparato “paquidérmico” que terminó suplantando la nación y la hundió bajo su peso, asumiendo todas las funciones vitales e interviniendo en todas sus actividades, con el agravante de pervertir, fundamentalmente, las actividades económicas de las que dependía nuestro desarrollo y madurez como nación independiente y próspera.

El grifo que alimentaba las arcas del Estado obeso era el petróleo. El mismo mineral que llena las arcas del Estado Noruego y que contribuye a llenar, desde Texas, las arcas del Estado Norteamericano, por sólo nombrar dos países con petróleo y con políticas petroleras. Pero los resultados del desempeño en Noruega y en los Estados Unidos de Norteamérica no son comparables a los resultados del desempeño petrolero venezolano.

 

Siendo que se trata del mismo “excremento del Diablo” (tomamos aquí prestada la frase de Juan Pablo Pérez Alfonzo, inspirador de la creación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP), la principal diferencia que incide en los resultados radica exclusivamente en el divorcio entre riqueza y trabajo, entre el esfuerzo de la persona y la creación de la riqueza. Los extraordinarios recursos provenientes del petróleo crearon en la mentalidad de nuestro liderazgo, ya de por sí con una herencia desfavorable hacia el trabajo creador, el “espejismo”’ de que ya éramos ricos, y los condujo a promover el paternalismo asistencialista.

 

Conducta indulgente que se hará viral más tarde y soportará el comportamiento “pedigüeño” de la sociedad en su conjunto, frase también acuñada por Arturo Uslar Pietri  para referirse al gusto venezolano por el “rentismo”: “Toda esa inmensa masa clientelar entró a depender del Estado directamente a través del empleo público y del subsidio e indirectamente por medio de las innumerables empresas antieconómicas que el Estado creó en una especie de afán pueril de exhibir las apariencias externas de un crecimiento que nunca dejó de depender del subsidio del Estado.” (EL NACIONAL. Cuerpo A. Página 4. Domingo 10 de septiembre de 1995).

De nada han servido entonces, los colosales recursos que existen en el subsuelo de nuestro territorio. No hemos hecho lo necesario para transformarlos en riqueza, lo que sólo es posible a partir de la existencia de esa relación estrecha entre causa y efecto, entre el esfuerzo y el dinero.

El mismo Uslar Pietri, encuentra las huellas de esa conducta rentista en nuestro pasado colonial, donde el trabajo en las plantaciones era algo que ejecutaban los esclavos (en los hatos llaneros, el peonaje porque la esclavitud fue escasa) y la riqueza era otra cosa que se recibía por la herencia de los amos de la tierra o por los privilegios (fueros) que poseía la casta militar, sin que eso significara ningún esfuerzo de la persona para producir, acrecentar o mantener la riqueza. Hecho que va a marcar nuestra mentalidad económica tradicional.

Y como era lógico, ese concepto de Estado patrimonial, interventor y distribucionista, fundado en el clientelismo y en el enriquecimiento por la vía de la captura de la renta, se convirtió en un misil directo a la línea de flotación del Pacto de Punto Fijo, (partidocracia), que nos llevo a naufragar y a quedar a la deriva de la antipolítica y el  populismo autoritario del socialismo del siglo XXI.

En la nueva historia por contar, el papel protagónico del desarrollo debe corresponder no al Estado ineficiente, sino a la nación con relaciones productivas. En otras palabras, si no somos capaces de establecer las nuevas bases de construcción de una sociedad sustentada en el esfuerzo, el trabajo, el respeto a la iniciativa privada, entonces olvidémonos de que vamos a crecer económicamente de manera sostenida y sin desigualdades.

Aquí encontramos el antídoto contra la pobreza y las ideas populistas que nos permitirán regenerar la democracia. Por esa razón debemos aprovechar el actual fracaso del Estado monstruoso para repensar la realidad económica, política y social de la población. Ampliar el sentido de la educación escolar y desarrollar en los jóvenes una mentalidad productiva que les permita vivir de su trabajo, enseñándoles que el Estado brinda oportunidades a los sectores más desfavorecidos, pero que la riqueza no es una torta que alguien reparte dando unos pedazos grandes a unos y los más chiquitos a otros, sino que “la riqueza, como lo dijo Adam Smith, hace dos siglos, es el resultado del trabajo de una nación”.

Sólo con una ciudadanía que construya y acumule riqueza mediante el trabajo y la responsabilidad individual, superaremos la paradoja de ser el país de las ocasiones perdidas y nos encaminaremos hacia el desarrollo de las naciones más prosperas de la América Latina.

 

 

 

 

 

 

 

 

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