No están solos: Dios une, más allá de la distancia

Ser “Emigrante” o ser “Inmigrante” conlleva impactos significativos a nivel personal, familiar, psicológicos, legales, religiosos, educativos, médicos, etc. Se trata de un impacto obvio, pero, con frecuencia, el migrante se percata a última hora, cuando ya está bajo presión.

Empecemos pensando en los que quedan: familia, hijos, abuelos. Deben reconstruir otro ritmo de vida, afectiva, social y económica. A veces pierden el contacto con él que emigró: no tienen como comunicarse. Lo mismo el que emigra y pierde contacto con su familia.

Pregúntele directamente a un migrante o a los familiares que quedan “¿qué extraña Usted?”.

¿Cuántas personas tienen ahogado en su corazón, esa tristeza, esa melancolía, esas alegrías, esos cumpleaños no celebrados, esos besos no dados, esas sonrisas que no se observan, esos niños que crecen lejos de sus padres, esos padres, esposas, hermanos que viven la soledad de la migración?

Se puede vivir unidos, aun estando lejos: no están solos, Dios une, más allá de la distancia.

Hay que canalizar esta fuerza impetuosa de los recuerdos y sentimientos, fuerza que nos da la razón para vivir. Hay que encontrar en Dios, en Jesús y la Virgen una respuesta, el hilo que une el dolor y la esperanza del migrante y de su familia. Ese consuelo del que tanto se preocupó el Beato Juan bautista Scalabrini.

Es muy conmovedor ver entre los migrantes, los nuevos lazos de confianza, fundados en la misma patria de origen: un diálogo, una oración, un rosario para el migrante resultará muy “reconfortante”, enriquecido por la presencia de María “Consuelo de los Migrantes”, Madre de nuestra esperanza.

“MIGRANTES: HOY COMO AYER”

Padre Francesco Bortignon Fernando Tirro

Misionero de San Carlos – Scalabriniano Movimiento Laico Scalabriniano

bortignonfrancesco@hotmail.com mls_valencia@yahoo.com

Todos los martes y jueves a las 11.00am por 97.5fm “La Voz de Dios” – Valencia / Venezuela